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Carl Lewis narra su experiencia vegana en el libro “Muy vegetariano”


Carl Lewis narra su experiencia vegana en el libro “Muy vegetariano”

Por Dick Johnson en sep 5, 2011

Reseña y presentación de David D, desde Colombia, para EDT.

La mayoría de la gente desconoce que Carl Lewis, el apodado el Hijo del Viento, sostuvo la dieta vegana (vegetariana sin lacteos ni huevos) cuando se encontraba en la cuspide de su carrera deportiva. La mayoría de la gente considera que el consumo de proteina, de origen animal, es necesaria para tener un vida fuerte y saludable, maxime cuando se es deportista. Les presento una traducción (me excusan los errores) de un texto original que escribió el propio atleta como introducción al libro “Very Vegetarian” de la autora Jannequin Bennett y que tira a la caneca el mito de que comer carne te hace “fuerte”. Hoy en dia, la cantidad de atletas que se basan en un dieta vegana ha aumentado paulatinamente, esperemos que algun dia se hagan mayoría :)
Prólogo de Carl Lewis para el libro “Muy Vegetariano” de Jannequin Bennett.
“¿Puede un atleta de primera clase obtener suficiente proteína de una dieta vegetariana para competir? Se de alguien que no necesita proteína de la carne para ser un atleta exitoso. De hecho, mi mejor año de competiciones en pista fue el primer año que tome la dieta vegetariana. Además, gracias a la dieta vegetariana, mi peso estuvo bajo control, y me gusto como me veía. (Esto puede sonar vano, pero todos deseamos vernos bien). Disfruto comiendo más, y sintiéndome muy bien. Esta es mi historia.
Cuando crecí en Nueva Jersey, siempre disfrute comer vegetales y fui influenciado por mi madre, quien creía en la importancia de una dieta saludable aun cuando nosotros comíamos carne regularmente porque a mi padre le gustaba. En la universidad de Houston comí carne y trate de controlar mi peso de forma errónea-saltándome las comidas. Frecuentemente podía saltarme el desayuno, tomar un almuerzo ligero, y entonces saciarme con la cena-justo antes de ir a la cama. No solamente saltarse las comidas es una mala manera de tener una dieta, pero la mía era la peor de todas porque tu cuerpo necesita cuatro horas para digerir el alimento antes de ir a dormir.
En Mayo de 1990 decidí cambiar la forma en que comía cuando realizaba el control de mi peso porque saltándome las comidas no fue bueno para mí. En unas pocas semanas, encontré dos hombres que cambiaron mi manera de pensar y comer. El primero de ellos fue Jay Cordich, el Hombre Zumo, a quien conocí en la estación de radio de Houston donde yo trabajaba temprano en la mañana. Me hablo sobre su extractor de jugos, con el cual obtenía jugo fresco de frutas y vegetales. Afirmaba que tomar por lo menos 16 onzas de fresco jugo exprimido cada dia incrementa la energía, fortalece el sistema inmunológico, y reduce el riesgo de enfermar. Unas pocas semanas después mientras hacía publicidad para una reunión en Minneapolis, conocí al Dr. John McDougall, un médico quien me enseño acerca de la conexión entre una buena nutrición y una buena salud mientras promocionaba su último libro. El Doctor McDougall me retó a comprometerme a tomar una dieta vegetariana y entonces solo lo hice.
Recuerdo vívidamente cuando tome la decisión en Julio de 1990 de convertirme en vegano. Me encontraba compitiendo en Europa y tome una cena de salchichas Españolas el sábado y al Lunes siguiente empecé comiendo vegano. La cosa más dura para mí fue cambiar mis hábitos alimenticios de saltarme comidas a comer a lo largo del día-lo cual es mucho más saludable. También evité la sal tanto que sustituí el jugo de limón por condimento.
En la primavera de 1991 – ocho meses después de convertirme en vegano- me sentí lánguido y pensé que podría necesitar adicionar proteína de la carne a mi dieta. Sin embargo, el Dr. McDougall me explicó, que mi languidez se debía a mi necesidad de adicionar más calorías porque estuve entrenando muchas horas por día, no porque necesitara proteína animal. Cuando incremente mi ingesta de calorías, recuperé mi energía. Tomé 24 a 32 onzas de jugo por dia. No consumí productos lácteos. Y así logré mi mejor año de atleta como nunca!.
Tú tienes el control total sobre lo que colocas en tu cuerpo. Nadie puede forzarte a comer lo que no deseas comer. Conozco mucha gente que piensa que tomar una dieta vegetariana – y específicamente un dieta vegana – requiere sacrificio y privación. Jannequin Bennett demuestra en este libro que una comida vegana no tiene que ser insípida y aburrida. Como ella dice, “comer vegano es realmente un estilo de vida indulgente, como veganos regularmente tomamos los mejores alimentos que la naturaleza nos ofrece”. Aquí hay recetas que excitaran tu sentido del gusto. A propósito, unas pocas recetas mías son incluidas.
Ten en mente que la comida vegana requiere un compromiso para estar bien con tu cuerpo y para actuar responsablemente con el mundo que te rodea. La mayoría de nosotros no es consciente de que tanto daño le hacemos a nuestro cuerpo y a nuestro mundo según la manera en que nos alimentemos. Te reto a revisar todo lo que comes y bebes por una semana. Probablemente estarás asombrado por la cantidad de paquetes (snacks) que comes, las diferentes formas en que consumes leche y queso como parte de tu dieta, y –lo peor de todo- cuanta comida rápida consumes.
La mayoría de paquetes (snacks) tales como galletas, dulces, papas, papas a la francesa, o bebidas ligeras son alimentos altamente procesados que pierden muchos de sus nutrientes útiles. Todavía peor, la mayoría de estos alimentos están cargados de grasa, sal y químicos. Por ejemplo, un bolsa de 1.5 onzas de papas a la barbacoa tiene la misma cantidad de calorías como media papa cocida, pero multiplicado por 70 veces la cantidad de grasa y 20 veces la cantidad de sal.
El queso y otros productos lácteos están cargados de grasa saturada y colesterol tapa-arterias. La mayoría de los quesos obtienen de un 70 a un 80 por ciento de sus calorías de la grasa.
Debes tener especial cuidado cuando comas en restaurantes de comidas rápidas. Como el consumo de comida rápida perjudicial ha aumentado, tanto como la obesidad, la cual es la hoy en día el segundo factor de muerte en EEUU, solo después del cigarrillo. Eric Schlosser reporto en su libro Fast Food Nation que la tasa de obesidad entre los niños Estadounidenses es dos veces más alto hoy que hace 25 años antes. Por otra parte, me parece que dondequiera que haya gente que come comida rápida perjudicial, la talla de la cintura empieza a expandirse. Entre 1984 y 1993, por ejemplo, el número de restaurantes de comida rápida en Gran Bretaña se dobló. Y asimismo la tasa de obesidad entre adultos. La gente con sobrepeso era una rareza en Japón. Los restaurantes de comidas rápidas llegaron allí hace treinta años, y hoy la tercera parte de todos los japoneses de treinta años tienen sobrepeso.
Tu cuerpo es tu templo. Si lo alimentas apropiadamente, entonces estarás bien y podrás incrementar su longevidad.”

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